domingo, 16 de octubre de 2011

Imágenes para contar historias

Las imágenes adjuntadas como gadgets en el blog, proporcionan a cualquier terapeuta una herramienta valiosa para adentrarse en el mundo del niño. Consisten en una serie de fotografías distribuídas por temas (animales, personas, naturaleza, seres fantásticos y otros) de las cuales el niño selecciona una o varias que llamen su atención, y elabora una historia a partir de las mismas. Recordemos que en dichas historias es probable que se proyécten sus conflictos internos, y su forma de ver el mundo. Esperamos le sean de utilidad.

Terapia Gestalt

La terapia Gestalt en general surge con el objetivo de ayudar al paciente a darse cuenta de sí mismo y de su propia experiencia en el mundo.  En el caso de los niños, esto parece ser más difícik, pues el adulto suele considerar que los niños no poseen la capacidad de percibir el mundo en su totalidad.  Sin embargo, la terapia Gestalt nos demuestra todo lo contrario, evidencia que cuando se sigue la línea del niño durante el trabajo, este llega a interpretar y percibir su mundo de maneras inimaginables, donde es posible que se de un proceso terapéutico fluido y suave para el niño.


Existen técnicas específicas para ayudar que los niños puedan expresar sus sentimientos; esto puede ser a través del uso de dibujo y pinturas.  En donde el niño niño se encuentre con su propio cuerpo.  Ayudándolo a que experimente cómo se siente y cómo vive cada aspecto.


En esta terapia, especialmente cuando se trabaja con niños, cualquier sesión es el espacio idóneo para que se dé una fusión entre lo que sucede dentro del terapeuta y el niño.  A través de distintos materiales manipulativos, el niño es capaz de estructurar su mundo interior de una manera en que le sea fácil identificar y manipular sus conflictos internos.


También implica del terapeuta, paciencia y capacidad de dejar al niño libre en la actividad de expresarse a través del arte.  Se espera que el terapeuta no intente guiar al niño en su tarea, sino indague en lo que la misma significó para él.  

Para que cada sesión tenga cierta evolución, podemos tomar en cuenta 14 pasos o recomendaciones que Violet Oklander propuso:

1. Hacer que el niño comparta su experiencia de dibujar, sus sentimientos y su trabajo continúo.  Esto es una forma en que pueda compartir su yo.
2. Ayudar al niño a que comente su dibujo mismo, describiéndolo a su manera.
3. Estimular al niño a autodescubrirse aún más, pidiendo que se explaye sobre su cuadro.  Por medio de la descripción y representación de sus objetos, personas, figuras y colores.
4. Se le pedirá al niño que describa el cuadro como si éste fuera él, usando la palabra "YO": "Yo soy el sol y brindo calor a todos los que lo necesitan".  
5. Debe escogerse algo en específico dentro del cuadro para que el niño se identifique con ello; "Sé la nube y describirte con la mayor cantidad de detalles".
6.  Hacer preguntas al niño, para ayudar en el proceso ¿Qué es lo que haces? ¿Quién te usa? entre otras; Ayudando al niño a meterse en el dibujo y abrirse a las posibilidades de existir, funcionar y relacionar.
7. Concentrar la atención y agudizar su toma de conciencia mediante el énfasis y la exageración de una o más partes con un fragmento en específico, especialmente si hay energía y entusiasmo en el terapeuta y el niño. 
8. Hacer que el niño entable un diálogo entre dos partes de su cuadro o entre dos puntos de contacto u opuestos.
9. Estimular al niño para que ponga atención a los colores.  Dando sugerencias para un dibujo mientras el niño está con los ojos cerrados, se le dirá ¿Qué colores vas a usar? ¿Qué significado das a los colores oscuros? ¿a los brillantes? ¿Vas a usar colores brillantes u opacos? etc.  Esto con el fin de que el niño esté consciente de lo que hizo, incluso si no quiere hablar de ello.
10. Prestar atención a las claves en el tono de voz, postura, expresión facial y corporal, respiración y silencio del niño.  El silencio puede significar, censura, pensamiento, remembranza, represión, angustia, miedo o conciencia de algo.  
11. Trabajar la identificación, ayudando al niño a "reconocer" lo que se ha dicho sobre el cuadro o parte del él.  Preguntando sobre cómo se siente, si alguna vez lo ha hecho; todo esto con suavidad, para que el niño lo sienta intrusivo.
12. Es importante que se trabaje sobre las situaciones del niño y no sobre el dibujo, esto podría guiarse hacia, sí esto encaja en su vida.
13. La atención a las partes faltantes o espacios vacíos en los cuadros es muy importante, por lo que no deben dejarse de lado.
14. Permanecer en el flujo de primer plano del niño o prestar atención al propio frente, en dónde se encuentra interés, entusiasmo y energía.


Cabe destacar que esta terapia, se basa en la creación de una obra de arte que puede ir desde un dibujo, hasta una poesía u obra con títeres.  Por lo tanto el terapeuta que trabaja este tipo de terapia debe equiparse con todos aquellos materiales que pudieran desencadenar la creatividad del niño, y con ello desenmarcar conflictos inconscientes del mismo.  A continuación se presenta una lista de posibles materiales a utilizar en este tipo de terapia:
-Marcadores de distinto color
-Crayones Pastel
-Acuarelas
-Témperas
-Folios con hojas doble carta
-Plastilina
-Masa
-Arcilla
-Pintura de dedos
-Revistas para recortar
-Tijeras y goma
-Cualquier otro material que invite al niño a crear...


En la medida en que el niño crea una obra, crea también una imagen de su percepción de la realidad, y por lo tanto el manejo que el terapeuta dé a la obra, significa también el manejo del conflicto del niño.  Todos los seres humanos somos capaces de crear y transformar, por lo tanto esta terapia exige del terapeuta creer en la capacidad de cada niño, de modificar su propia percepción del conflicto, de crear una obra en donde muestre sus capacidades para enfrentar una realidad que puede en muchos casos resultarle hostil e incluso aterradora.



Por lo que también es importante tomar en cuenta y trabajar primero lo que es fácil y cómodo para el niño, para que sea más fácil luego exponer sus lugares difíciles e incómodos.



Es importante que el terapeuta muestre atención en todo lo que el niño refleja, porque es el aspecto no verbal que puede dar mucha más información. 


Cuando el niño retrocede, recuerda, recupera, renueva y refuerza algo que tuvo de bebé y que se muestra perdido; irán despertando sus sentidos, que comienza a despertar, a conocer su cuerpo, a reconocer, aceptar y expresar sus sentimientos perdidos.  Aprendiendo a hacer elecciones y verbalizaciones sobre sus deseos, necesidades, pensamientos e ideas.  Lo que ayudará a construir el sentido del yo del niño, reforzando las funciones de contacto y renovando su propio contacto con los sentidos, cuerpo, sentimientos y el intelecto. 


Al trabajar con niño se necesitan ciertos fundamentos, cómo gustar de ellos, establecer una relación de aceptación y confianza; saber algo de cómo se desarrollan, crecen y aprenden y comprenden los problemas importantes que corresponden a cada nivel de edad.  Para complementar esto el terapeuta debería tener la capacidad de ser directo sin ser intrusivo, ser moderado y benévolo sin ser demasiado pasivo y no guiador.


Existen otros aspectos que deben ser tomados en cuenta, cómo el funcionamiento de los sistemas familiares, influencia de los ambientes del niño, cómo el hogar, la escuela y otras instituciones en las que pudiera estar involucrado.  Incluso familiarizarse con las expectativas culturales puestas en el niño. "Cada niño es una persona única, digna y acreedora de derechos humanos".  Aún así siendo niños se debe ser honrado y franco con ellos; permitiéndose uno mismo que salga el niño expresivo y juguetón que todos llevamos dentro.


La terapia Gestalt deja un aprendizaje, no sólo para los que trabajan con ella, sino también para todas las personas que se adentraran a conocerla: "No somos dueños de la realidad, más sí de la forma que la percibimos hoy.  Por ello, podemos decir que todo ser humano tiene la capacidad de cambiar un conflicto, en la medida que cambia su percepción del mismo".






Bibliografía:  Oaklander, V. (1992). Ventanas a nuestros niños, Terapia gestáltica para niños y adolescentes.  Chile: Cuatro Vientos.